¿Cómo se hace eso de amarse a una misma?

¿Cómo se hace eso de amarse a una misma?

No es una respuesta que venga de afuera. Es una danza íntima que se revela paso a paso, con paciencia, con ternura, con coraje. Amarte no es una meta, es un ritual. Una práctica diaria de recordar quién eres cuando nadie te mira.

Hoy, quiero regalarte este mapa sutil. No es una fórmula perfecta, pero sí un susurro del alma. Una invitación a volver a ti.

Reconócete como sagrada

Eres más que carne y hueso. Eres historia, fuego, tierra fértil. Amarte comienza por verte completa, sin necesitar validación externa. Mírate con los ojos del alma. Ahí estás tú: digna, incluso en lo roto.

Escúchate sin juicio

Calla el ruido del mundo y escucha tu verdad. Tus emociones no son enemigas: son mensajeras. Tu intuición, tu brújula. Escúchala. Honra tus “sí” y tus “no” con la misma devoción.

Abraza tus sombras

Tu luz es más auténtica cuando no niega su oscuridad. Lo que has vivido, lo que has escondido, lo que aún duele… todo merece ser abrazado. Amarte es dejar de pelear contigo.

Pon limites

El amor propio también es defensa. Decir “no” es un acto sagrado. No te disculpes por proteger tu paz. Tu energía es oro: entrégala solo donde florece.

Celebra tus ciclos y tus pausas

No estás rota por sentirte cansada o triste. Estás viva. Como la luna, cambias. Hay días de brillo, y días de recogimiento. Y ambos son necesarios.

Haz de ti un lugar seguro

Tu cuerpo es tu templo. Tu voz, tu bastón. Tu corazón, tu hogar. No necesitas llenar vacíos con alguien más. Puedes ser tu propia medicina.

Perdónate

Por haberlo permitido. Por haberte callado. Por haberte olvidado. Hoy puedes elegir distinto. Amarte también es darte nuevas oportunidades.

Recuerda es un ritual, no un destino

No tienes que saberlo todo ahora. Solo empieza. Cada día puedes volver a ti. En un baño consciente, en un “te amo” al espejo, en un silencio profundo. Ahí comienza el amor: en lo simple, en lo verdadero.